Nostalgia de Jujuy

Cuándo seré Aire?

Ya no soy carne, soy sombra que se funde en el viento,
una cuerda de charango vibrando en el silencio del cosmos.
La vida me arrastra como río, lejos de mí,
pero mis raíces siguen enredadas en la Pacha,
donde el sol es quena que llora melodías
en lo alto de los cerros sagrados.

Soy el eco de una zampoña que se desvanece,
preso de la distancia infinita,
pero en cada golpe de caja, en cada latido de bombo,
mi alma regresa a tu tierra,
como la lluvia que no solo cae,
sino que llora, llora por ti,
Jujuy.

¿Cuándo volveré, si ya soy aire?
Ya me he disuelto en el canto del viento,
mi voz es baguala perdida entre los abismos,
un susurro eterno entre los cardones,
que esperan silenciosos al borde del tiempo.

Si muero sin verte,
no seré piel ni hueso,
seré sonido, seré música,
que caiga en forma de lluvia
sobre tus cerros inmortales.
Floreceré en cada lapacho,
seré raíz que se hunde en lo invisible,
brote de vida en la piedra desnuda.

Cuando el viento,
ese arriero de caminos infinitos,
corra hacia el norte,
llevará mi destino como una copla susurrada,
y en cada acorde de guitarra que resuene
entre las montañas,
me encontrarás, enredado en el canto de la tierra.

Volveré hecho zamba,
no en los cuerpos, sino en el aire que respiran,
volveré en el trueno,
no en el estruendo, sino en el eco profundo
que guarda la memoria de los cerros.

Jujuy, si mi fin llega sin verte,
le pediré a los cielos
que me deshagan en música,
que cada gota que caiga sobre ti
sea mi canto hecho lluvia.
Seré tambor en la tormenta,
charango en la brisa,
zampoña que resuena en el abismo del tiempo.

Seré aire,
fluyendo por siempre en tus quebradas,
un suspiro más entre los cerros,
una melodía eterna,
parte de ti, Jujuy,
más allá del tiempo,
más allá de la vida.